Croquetas caseras de jamón.
A diferencia del resto de croquetas caseras, en las de jamón hay tomar algunas precauciones.
En primer lugar está en usar los restos de un buen jamón ibérico de bellota. Son esas tajaditas que no se comen porque están resecas, pero cuyo sabor es tan intenso que perfumaremos toda una perola. Y en segundo lugar, no se echan directamente en la bechamel, sino que hay que picarlo bien y darle un hervor en la leche que vamos a usar. Así se rehidratan y desprenden su sabor en la leche.